“Power and Progress” de Daron Acemoglu y Simon Johnson es un análisis profundo y crítico sobre el impacto histórico y contemporáneo de la tecnología en las estructuras económicas y sociales. El libro aborda cómo los avances tecnológicos han moldeado la distribución del poder y la prosperidad en la sociedad, argumentando que, aunque la tecnología tiene un enorme potencial para mejorar la calidad de vida, históricamente sus beneficios no han sido distribuidos de manera equitativa.
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1. Tecnología como herramienta de progreso y desigualdad
Los autores enfatizan que la tecnología no es intrínsecamente buena ni mala. Su impacto depende del contexto social y político en el que se desarrolla y de quién controla su implementación. Según Acemoglu y Johnson, muchas tecnologías han sido diseñadas o utilizadas de tal manera que benefician a una élite, dejando de lado a la mayoría de la población. Esta dinámica refuerza las desigualdades existentes y concentra el poder en manos de quienes ya lo tienen.
Un ejemplo clave es la Revolución Industrial. Durante este periodo, la introducción de maquinaria en sectores como la agricultura y la manufactura permitió aumentos masivos en la productividad. Sin embargo, los beneficios de estos avances no se distribuyeron equitativamente. Los trabajadores desplazados por las máquinas no recibieron una parte justa de las ganancias, y las condiciones laborales en las fábricas eran a menudo inhumanas. Este patrón se ha repetido en distintos momentos de la historia, desde la mecanización agrícola hasta la automatización moderna.
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2. La narrativa del progreso tecnológico
Acemoglu y Johnson critican la idea de que todo avance tecnológico es automáticamente positivo. Describen cómo, históricamente, las élites han promovido una narrativa de progreso inevitable que justifica la adopción de tecnologías que aumentan su poder, incluso si estas perjudican a otros sectores de la sociedad. Por ejemplo:
Revolución Industrial: Aunque las máquinas aumentaron la producción, también consolidaron el poder económico de los empresarios y redujeron la autonomía de los trabajadores.
Era Digital: La inteligencia artificial, la automatización y las plataformas digitales han creado un nuevo grupo de élites tecnológicas mientras desplazan a millones de trabajadores en sectores como el transporte, la manufactura y los servicios.
En cada caso, los autores argumentan que las decisiones sobre cómo implementar nuevas tecnologías no son neutrales. Reflejan los intereses de quienes tienen poder político y económico.
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3. La paradoja tecnológica de la era contemporánea
En el mundo actual, la tecnología tiene un potencial sin precedentes para mejorar la vida humana. Las innovaciones en inteligencia artificial, biotecnología y energías renovables podrían resolver problemas globales como el cambio climático, las pandemias y la pobreza. Sin embargo, estas mismas tecnologías también presentan riesgos importantes. Por ejemplo:
La automatización está eliminando empleos a un ritmo alarmante, especialmente en sectores con trabajos rutinarios.
Las plataformas digitales como Amazon y Google consolidan el poder económico en unas pocas corporaciones, exacerbando las desigualdades económicas.
La inteligencia artificial se está utilizando para vigilancia masiva y manipulación política, amenazando derechos fundamentales como la privacidad y la democracia.
Los autores destacan que estas tendencias no son inevitables. Con políticas adecuadas, la sociedad puede dirigir el desarrollo tecnológico hacia objetivos que beneficien a la mayoría, en lugar de enriquecer a unos pocos.
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4. Lecciones históricas sobre la resistencia
Un aspecto central del libro es cómo las sociedades han respondido a las desigualdades creadas por la tecnología en el pasado. Acemoglu y Johnson ofrecen varios ejemplos de resistencia y reforma:
Movimiento obrero del siglo XIX: En respuesta a las condiciones laborales inhumanas de la Revolución Industrial, los trabajadores se organizaron en sindicatos y lucharon por derechos laborales como la jornada de ocho horas y el salario mínimo.
Políticas del New Deal: Durante la Gran Depresión, el gobierno de Estados Unidos implementó reformas económicas que redistribuyeron la riqueza y mejoraron las condiciones de vida de millones de trabajadores.
Expansión del estado del bienestar: En la Europa de posguerra, los gobiernos adoptaron políticas redistributivas que garantizaron acceso universal a la educación, la salud y la seguridad social.
Estos ejemplos muestran que las sociedades pueden tomar medidas para garantizar que los beneficios de la tecnología se compartan de manera más equitativa.
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5. Propuestas para un futuro más equitativo
Acemoglu y Johnson concluyen el libro con un llamado a la acción. Proponen varias estrategias para garantizar que las tecnologías futuras beneficien a toda la sociedad:
1. Regulación de las grandes corporaciones tecnológicas: Limitar el poder de monopolio de empresas como Google, Amazon y Facebook para fomentar la competencia y proteger los derechos de los trabajadores y consumidores.
2. Redistribución de la riqueza: Implementar sistemas fiscales progresivos que aseguren que las ganancias de la tecnología se compartan más equitativamente.
3. Inversión en educación y formación: Preparar a los trabajadores para los empleos del futuro mediante programas educativos que desarrollen habilidades técnicas y creativas.
4. Participación democrática en la innovación: Crear mecanismos para que los ciudadanos participen en las decisiones sobre qué tecnologías se desarrollan y cómo se implementan.
5. Ética en la inteligencia artificial: Garantizar que los algoritmos se diseñen de manera que promuevan la equidad y respeten los derechos humanos.
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Reflexión final
El mensaje central de Power and Progress es que el progreso tecnológico no es un destino predeterminado, sino un camino que la sociedad elige. Los autores instan a los ciudadanos, los líderes políticos y las comunidades a tomar un papel activo en la dirección del desarrollo tecnológico, asegurando que sus beneficios lleguen a todos y no perpetúen las desigualdades existentes.
Acemoglu y Johnson ofrecen una advertencia poderosa: si no actuamos ahora, las tecnologías del futuro podrían consolidar aún más las desigualdades económicas y sociales. Sin embargo, también plantean una visión optimista, destacando que con las políticas y la voluntad adecuada, es posible construir un futuro más justo y próspero.